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En el año 2017, tras años de investigación, el Consejo Regulador de la DOC Rioja autorizó la plantación de nuevas variedades de uva blanca, que hasta entonces no se podían cultivar. Una de ellas fue el Tempranillo Blanco.

Esta variedad fue la que más llamó la atención, puesto que es autóctona de La Rioja y es fruto de la mutación natural de la variedad Tempranillo (uva tinta). Fue descubierta por primera vez en Murillo de Río Leza, en 1988, por un agricultor que la encontró en una de sus cepas. Ocurrió, al igual que con el resto de variedades Blancas, algo similar a lo que ocurre con los casos de albinismo en Humanos.

El CIDA investigó y experimentó con esta nueva variedad. Se reconoció oficialmente y se vinificó con ella, reflejando los estudios buenos resultados.

Desde nuestra bodega, viendo el potencial de esta variedad y apostando por hacer algo distinto a lo que veníamos haciendo, decidimos plantar un viñedo con esta interesante variedad y elaborar un vino monovarietal que ha visto por primera vez la luz en este 2017, con un resultado que nos hace sentirnos felices de la decisión tomada. Nuestra intención además, es que fuese un vino especial, y por ello lleva el nombre Rivalia (el nombre de nuestros vinos con mayor elaboración). En definitiva, Rivalia Tempranillo Blanco surgió de la oportunidad que nos brindaba el poder cultivar nuevas variedades y del afán de sorprender con un vino diferente y especial.

Botella de Rivalia Tempranillo Blanco

Botella de Rivalia Tempranillo Blanco

Se trata de una variedad de pronta maduración, con racimos abundantes pero medianos y sueltos. Bayas de tamaño pequeño y mediano. Cuenta con una alta fertilidad y producción media.

En cuanto a la vinificación tiene un elevado grado alcohólico, así como elevada acidez total, lo que la diferencia de la malvasía y la garnacha blanca.

A la vista tiene un color amarillo verdoso y se presenta muy brillante. En nariz encontramos aromas afrutados, intensos y florales (flores tropicales, plátano, manzana y cítricos). Se trata de vinos equilibrados, con gran estructura y persistencia media – larga.

En cuanto al servicio, se recomienda que esté entre 6 y 10º de temperatura. Y marida bien con tapas, aperitivos, con arroces suaves y ensaladas, carnes blancas, cremas frías y por supuesto, pescados y mariscos.